PROYECTO DE VIAJE A PARAGUAY
El día 15 de Abril me voy a Paraguay con mis amigos Miguel Bergasa y Felipe Uriarte, un compañero de de Miguel que, como está ya liberado del trabajo se ha apuntado a última hora. Inicialmente el viaje estaba programado para que hubiera venido Juan Manuel Castro. Por desgracia Juanma ha perdido a su padre y se ha visto obligado a suspender el viaje. El motivo fundamental de nuestra pequeña aventura es visitar a los mennonitas. El tema menonita tiene gran interés fotográfico y son muchos los fotografos que en los últimos años han hecho reportajes. Pero Miguel Bergasa fue uno de los primeros en trabajar el tema. Además de su magnífica colección de fotografías en blanco y negro de los menonitas de Nueva Durango en Paragüay, fue el promotor de un documental interesantísimo realizado por Enrique Urdánoz hace más de 25 años, emitido por TVE.
Última hora:
Por desgracia Felipe Uriarte también ha cancelado el viaje por motivos de salud. En Paraguay hay una epidemia de dengue y no puede arriesgarse a contraer enfermedades. Así que sólo iremos Miguel y este viajero solitario.
EL CHISMÓGRAFO. DIARIO DE LA VISITA
Viernes 15 de Abril.
El vuelo
Vista de Asunción desde el río paraguay |
─¿Me permite que le salude? ─le dice extendiendo su mano.
Fernando, muy amable, se la estrecha sonriente.
─Soy un admirador suyo ─añade a continuación el viajero.
No media conversación, como habría sido su deseo, tienen que embarcar inmediatamente.
─Soy un admirador suyo ─añade a continuación el viajero.
No media conversación, como habría sido su deseo, tienen que embarcar inmediatamente.
Sábado 16 de Abril.
Primer día en Asunción
El viaje ha transcurrido sin incidentes, salida con una hora de retraso, vuelo tranquilo, parada en Sao Paulo, casi tres horas de espera para tomar el avión a su destino.
Llegan a Asunción y comienzan a planificar su estancia en Paraguay. Después de reponer parte de las fuerzas perdidas en las 24 horas continuadas de viaje, se dan un breve paseo por el puerto de Asunción. Más tarde visitan el Museo del Barro, algo digno de ver. Allí les recibie Osvaldo Salerno, amigo de Miguel y director del Museo. Mientras estában charlando se presenta Ticio Escobar, ministro de cultura, quien dispensa un cálido abrazo a Miguel y después estrecha la mano del viajero.
─¡Qué cosas! , en venticuatro horas saludo a dos personalidades ─se dice a si mismo.
Primer día en Asunción
Llegan a Asunción y comienzan a planificar su estancia en Paraguay. Después de reponer parte de las fuerzas perdidas en las 24 horas continuadas de viaje, se dan un breve paseo por el puerto de Asunción. Más tarde visitan el Museo del Barro, algo digno de ver. Allí les recibie Osvaldo Salerno, amigo de Miguel y director del Museo. Mientras estában charlando se presenta Ticio Escobar, ministro de cultura, quien dispensa un cálido abrazo a Miguel y después estrecha la mano del viajero.
─¡Qué cosas! , en venticuatro horas saludo a dos personalidades ─se dice a si mismo.
Domingo 17 de Abril.
Haciendo planesNiño artista paraguayo |
Lunes 18 de Abril.
Con los amigos
Osvaldo Salerno |
Martes 19 de Abril.
Fiesta de los Maká
Indígena maká |
Miércoles 20 de
Abril.
Un paseo por los alrededores
Visita turística a los alrededores de Asunción: Tobatí, Caacupé y San
Bernardino. José Gómez, su anfitrión, les lleva en su todoterreno en visita guiada por estos maravillosos lugares. En Tobatí el señor Tito Arriola , que dirige una fábrica de ladrillos y tejas elaboradas de forma artesanal, cocidas en horno de leña, les enseña amablemente sus instalaciones y les obsequia con las frutas tropicales que cultiva en su propiedad.
La peregrinación
a la basílica de Caacupé es similar a nuestra javierada. Los peregrinos caminan
hacia la basílica que dista a unos sesenta kilómetros de Asunción para honrar a
la patrona de Paraguay:
El lago de Ipacaray mantiene su encanto y sus aguas
rememoran antiguos y renovados amores: ... Y en la noche inmensa de plenilunio,
de tu blanca mano sentí el calor que con sus caricias me dio el amor... ¿Dónde
estás ahora cuñataí...?
Un surubí bien preparado disipó al final
de la jornada nuestras añoranzas. Nos retiramos formalitos a nuestros aposentos
henchidos de nostalgia y roncando cual chanchos.
Jueves 21 de Abril
La noche ha disipado las nubes y ha permitido que asome nítidamente
el estrellado cielo a los ojos del viajero. El sol de la mañana augura una
agradable visita a los amigos mennonitas. La pista, todavía mojada, reta
de nuevo la habididad de Domingo y le recibe teñida de un rojo intenso que,
indefectiblemente, cubre de nuevo el coche recien lavado. Llegan a su
destino: el campo 10. La colonia se compone de 13 campos, cada uno de ellos con
fincas dispersas y distantes las unas de las otras. La comunicación entre los
distintos campos se hace a través de diversos caminos que al viajero se le
antojan un laberinto inestricable sin indicación alguna y en orden aleatorio. No
obstante, Domingo se orienta sin ninguna dificultad, todos los mennonitas le
conocen y saludan; es su taxista, el que les trasporta a la ciudad para resolver
sus asuntos.
David les recibe en su casa y les
acompaña a hacer algunas visitas a casas de amigos y familiares. Las primeras
visitas se frustran, la casas están vacías, los carritos familiares no se
encuentran en los patios aledaños, bien cuidados e impecablemente limpios. Uno
diría que acaba de ser trasportado en el tunel del tiempo a tres siglos
anteriores y, salvo por la temperatura y la vegetación colindante, está situado
en un impreciso lugar de Alemania. Los muchachos y muchachas pasean por los
caminos en pequeños grupos separados que, circunstancialmente, se cruzan
intercambiando miradas cómplices que anuncian los primeros amores adolescentes.
Ellos se dejan fotografiar, pero ellas se alejan acelerando su marcha con
pasitos leves y agachan sus cabezas para que las alas de sus característicos
sombreros impidan ver sus rostros, es el símbolo del pudor femenino que imponen
las reglas de urbanidad que nutren las interacciones sociales con
extraños.
Al fin, tras los primeros
frustrados intentos , consiguen localizar al hermano mayor de David, Enrique,
que se encontraba en casa de sus suegros. La imagen percibida por los visitantes
ilustra las relaciones sociales del grupo: las mujeres sentadas en una parte del
amplio porche charlando entre ellas en círculo mientras comen pipas; los hombres
en otro porche contiguo hablando de sus cosas; los niños jugando en el jardín
con un pasto bien cortado y limpio. En los alrededores de la casa unos cuantos
carritos esperan ser enganchados para, tras la visita, retornar con cada una de
las familias a su hogar. Los caballos descansan en un campo contiguo mientras
pastan pausadamente reponiendo fuerzas.
Miguel enseña las fotos de su
libro al grupo de hombres que saludan amablemente y todos se reconocen y
sonrien mientras hacen entre ellos sus comentarios en alemán. Las mujeres se
retiran al interior de la casa y, les dejan ocupar su lugar para que charlen
con los hombres. Tras una breve sesión fotográfica, se trasladan a la
casa donde se encuentra el pastor visitando a una viuda.
El amigo José Gómez les
recibe en su loft y les lleva de nuevo a dar un paseo por los alrededores de
la capital. En las inmediaciones de Puente Remanso pasean por una suerte de
puertito pesquero con su lonjita, rodeada de chiringuitos que ofrecen
degustaciones de pescado. Tras dar con tres milanesas de surubí, cruzan el
puente que separa la ciudad con el Chaco y en dirección a Argentina paran en la otra orilla del
río. Al
frente se dibuja la ciudad ofreciendo una vista que al viajero se le antoja
similar a Manhattan.
Bien entrada la tarde se retiran al hotel. Allí espera Jacob Wall que les relata los pormenores de su nueva situación. Aparece Susana Salerno, sobrina de Osvaldo y, además, Fernando Allen, un fotógrafo paraguayo de reconocido prestigio, que el viajero tuvo el placer de conocer en la fiesta de los maká, quién se lamentó de no poder acompañarles porque se había producido un hecho luctuoso en la familia de su esposa. Susana, Jacob, Miguel y el viajero deciden ir a San Roque, popular restaurante capitalino. Mientras degustan para cenar un menú a base de comida típica paraguaya, en amena conversación, descubren la nueva faceta de Jacob: Poeta del SMS.
Mañana dedicada a las últimas compras, a preparar los equipajes y a
actualizar este blog. Por la tarde
dedicamos nuestras últimas horas a visitar con detalle el Museo del Barro.
Un abrazo de despedida al entrañable amigo Osvaldo y la determinación de
volver en breve por esta cálida y hermosa tierra poblada de gente encantadora.
Una fiesta familiar
Cancio Fleitas, compañero de viaje en la visita
realizada en el 2003 a Nueva Durango, población mennonita, les ha invitado al
ochenta y seis cumpleaños de su
mamá. Allí han
podido disfrutar de la hospitalidad paraguaya. Un sin número de hijos, tiós,
sobrinos, nietos, bisnietos y demás familiares y amigos se han reunido en la
estancia en torno a unos suculentos asados.
Viernes 22 de Abril.
Vuelta a Iguazú
Visita a las cataratas de Iguazú. Miguel se queda en Asunción para hacer un reportaje de la Semana Santa paraguaya, ¡siempre él tan devoto!
El viajero necesitaba. volver a este lugar. En compañía de su esposa y su hija pequeña, allí por el año 96, visitó esta maravilla de la naturaleza y se tuvo que conformar con adquirir unas postales:
Cuando ya estaba anocheciendo, descubre que la cámara que ya había sobrepasado las 36 fotos, le seguía permitiendo tirar más. Se introdujo en un baño con la luz apagada, la abrió y descubrió que no tenía carrete. ¡Todo el día tirando fotos inexistentes! Así que debía volver a captar las imágenes que antaño no consiguió.
La visita fue rapidísima. Un montón de kilómetros para, en apenas en tres horas, volver rápidamente a tomar un bus de vuelta.
Como era de esperar, la visión de las aguas precipitándose desde la altura en incontables cascadas le sedujo. No puede describirse la sensación del visitante al contemplar tanta belleza. Hay que estar allí.
Sábado 23 de Abril
Mamá de Cancio Fleitas |
Viernes 22 de Abril.
Vuelta a Iguazú
Visita a las cataratas de Iguazú. Miguel se queda en Asunción para hacer un reportaje de la Semana Santa paraguaya, ¡siempre él tan devoto!
El viajero necesitaba. volver a este lugar. En compañía de su esposa y su hija pequeña, allí por el año 96, visitó esta maravilla de la naturaleza y se tuvo que conformar con adquirir unas postales:
Cuando ya estaba anocheciendo, descubre que la cámara que ya había sobrepasado las 36 fotos, le seguía permitiendo tirar más. Se introdujo en un baño con la luz apagada, la abrió y descubrió que no tenía carrete. ¡Todo el día tirando fotos inexistentes! Así que debía volver a captar las imágenes que antaño no consiguió.
La visita fue rapidísima. Un montón de kilómetros para, en apenas en tres horas, volver rápidamente a tomar un bus de vuelta.
Como era de esperar, la visión de las aguas precipitándose desde la altura en incontables cascadas le sedujo. No puede describirse la sensación del visitante al contemplar tanta belleza. Hay que estar allí.
Sábado 23 de Abril
En busca de los mennonitas
Gilberto Martínez, el conductor que en su día trasladó a Miguel y a Enrique Urdánoz para realizar el reportaje de los mennonitas, vuelve muchos años más tarde a llevarles a Curuguaty. Ahora la ruta está muy bien asfaltada. No saben que dificutades nos vamos a encontrar para contactar con la colonia menonita. De camino recogen a Cancio Fleitas, que quiere saludar a unos parientes suyos que regentan una tienda y la estación de servicio de la salida de la ciudad en dirección a la colonia. En el viaje de más de 300Km les acompañan fuertes vientos y una gran tormenta tropical. Les preocupa el estado del camino de más de 60Km que va desde Curuguaty a la colonia de Nueva Durango, el coche en el que hacen el viaje no reúne condiciones para transitar por pistas embarradas. En la tienda de los primos de Cancio les aconsejan que vayan en otro vehículo y contactan con un taxista del lugar, Domingo Jara, buen conocedor de la zona, que se ofrece a llevarles a pesar de las inclemencias del tiempo. Cancio se despide del grupo, debe volver a Asunción en el autobús.
Tren turístico en Asunción |
Inician la aventura. El taxista
tiene un viejo toyota carina con escaso dibujo en sus neumáticos, pero que no es
impedimento para que con su enorme pericia al volante les vaya llevando por el
barrizal salpicando arena y barro y dando tumbos de vez en cuando. Después de
hora y media de viaje, llegan sin percances a la casa de Jacob Wall.
Se encontran con la sorpresa de que Jacob ya no forma parte de la comunidad
menonita y ha iniciado en solitario una nueva andadura fuera de la disciplina de
la secta.
Uno de sus 12 hijos,
Pedro, un muchacho con síndrome Down, les sale al encuentro. A consecuencia de la tormenta la colonia se ha
quedado sin fluido electrico -Ahora la comunidad dispone, desde hace más de un año, de electricidad lo cual en su día supuso un intenso debate sobre la conveniencia de disponer de este servicio básico -. David el sexto de los hijos, que hace las veces de cabeza de familia en ausencia de su padre, reconoce inmediatamente a Miguel y
tras los saludos de rigor les aclara que su padre Jacob vive ahora a 25
kilómetros de la colonia trabajando en una estancia. Les facilita su número de
teléfono y Miguel contacta con él de inmediato.
Miguel les obsequia con el libro de fotografías que ha editado y algunas copias en las que aparece la familia. Ayudados con linternas las observan con curiosidad. Ya bien entrada la noche, se despiden hasta el día siguiente con la incertidumbre de la vuelta. La lluvia no cesa y el camino de regreso en la noche aumenta la dificultad. Domingo, emulando a nuestro campeón Carlos Sainz, nos trasporta hasta nuestro hotelito en Curuguaty que tienen reservado, regentado por un matrimonio chino muy amable y simpático.
Domingo 24 de Abril
Visita breve e intensa
Familia Wall |
Domingo 24 de Abril
Visita breve e intensa
Muchachos mennonitas paseando |
Casa de la familia Wall |
Muchachas mennonitas |
Enrique Wall y familiares observan el libro |
Un grupo de niños juegan entre
los carritos aparcados en un cubierto y, tras la presentación de David, el
pastor, junto con dos hombres más se acercan a recibirles, en sus rostros se
adivina cierta desconfianza; cuando ven las fotos se muestran más interesados y
comienzan a departir de forma mas relajada.
Niñas jugando en el carrito |
En ninguna de las casas visitadas les invitan a penetrar en el interior y las mujeres, que solo hablan alemán, se muestran remisas a fotografiarse; solamente admiten el retrato en compañía de sus maridos y tras su expresa aprobación.
Más tarde visitan a otro hermano de David, Abraham, que acababa de despertarse de la siesta y tras los obligados saludos de rigor se despeden y van a la casa de Jacob. Allí David les invita a unos exquisitos helados que él elabora de forma artesanal. Se despeden definitivamente. El viajero ha podido conocer a estas personas reservadas y celosas de su intimidad, pero de trato muy amable y considerado. De retorno, con intensa lluvia, pueden comprobar la enorme diferencia existente entre los asentamientos de los indígenas y las bien construídas casas de los mennonitas y sus cuidados jardines y demás estancias.
Abrahan y su esposa observan el libro ante la atenta mirada de Miguel |
Lunes 25 de Abril.
Al otro lado del río
Vista de Asunción desde la otra orilla del río Paraguay |
Martes 26 de
Abril.
Con los artistas paraguayos
Osvaldo Salerno les ha invitado a su casa que se encuentra en el mismo edificio que Fábrica: la galería que contiene innumerables obras artísticas de afamados artistas como el propio Osvaldo: Ricardo Miliorisi y Carlos Colombino entre otros.
Saborean
una exquisita comida muy bien elaborada y presentada con mimo acompañada de
buenos caldos. Gustavo, Miguel, Osvaldo y el viajero, disfrutan de la compañía
de Carlos Colombino: persona entrañable, de amena conversación, inteligentes
reflexiones, no exenta de connotaciones polémicas y, en ocasiones, llenas de sarcasmo. Finalizado el
almuerzo, Carlos se retira y cierran la velada con la presentación de los
videos que Miguel ha preparado a Osvaldo.
Carlos Colombino entre el viajero y Miguel |
Miércoles 27 de Abril.
Despedida
Osvaldo en su despacho del Museo del Barro |
Jueves y viernes 28 y 29 de Abril.
De regreso a casa
Días de
vuelta. Les espera un largo viaje de más de treinta horas entre esperas,
embarques en los aviones y llegada a Pamplona en tren. El viajero se encuentra
agotado y confuso con el cambio de horarios, pero lleno de
recuerdos y evocando imágenes de encuentros. Su mente cabalga entre la
añoranza del recuerdo de lo vivido y el feliz reencuentro con su familia. Su
cerebro empieza a planificar lo que hará en lo que le resta de semana: deshacer
las maletas, repartir regalos, planificar su vuelta a la rutina diaria... Al
fin, ha tomado el tren a Pamplona y alguien se acerca y le reclama por su
nombre:
De regreso a casa
Mi hermanica Sofia de vuelta de Marrakech |
¡Luis! Se gira. Es su hermana Sofía que ha pasado unos días haciendo
travesías por el Atlas. Sofía suele aparecer por sorpresa cuando está de
viaje.
Todavía recuerda aquel día en
Santiago de Cuba en el que, ignorando la llamada de su nombre pensando que
llamaban a otro Luis, volvió a escuchar: ¡Luis Garín! y allí mismo estaba Sofía
sorprendentemente.
Ayer la suerte estuvo con ella y
sus compañeros de viaje, estaban alojados en un hotelito cercano al
restaurante donde se ha producido el horrible atentado que ha segado catorce
vidas. Podía haber ido a tomar algo allí como tantos otros turistas, pero el
azar decidió que fueran a otro lugar, gracias a Dios. En casa todo sigue como
antes. La vida continúa y el viajero se despide hasta su próximo
viaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario