El viajero solitario comienza su nuevo viaje a El Salvador. Llegará el día 24 de Enero, Dios mediante, y recorrerá el país durante más de 30 días. Como es habitual el paseo será improvisado, dejándose llevar por sus intuiciones y por los consejos de sus moradores. Viernes 24 de Enero
El viajero ya ha llegado a su destino. A las seis de la mañana ya estaba dispuesto con su equipaje para tomar el tren que le llevaría a la estación de Atocha de Madrid y el destino trató de jugarle una mala pasada; la batería del coche no fue capaz de arrancarlo y, gracias a Dios, pudo tomar un taxi que le llevaría a la estación con el tiempo justo para tomar su tren.
La señora que estaba ocupando el asiento contiguo ¡qué casualidad! resulta ser de Ancín, Santesteban de apellido y ¡claro está! conocía a la familia Alén y era amiga de María Puy.
Al llegar a la estación de Atocha, como habitualmente lo hace, se desplaza al aeropuerto en autobús, llega apurado y con los mareos: cola interminable de facturación, vueltas y más vueltas, subidas y bajadas, paseo obligatorio por la infinidad de tiendas, tomar el tren sin conductor. Después de todo ello, al llegar a la planta donde se ubican las puertas de embarque, se encuentra con la acostumbrada sorpresa de que la puerta S2 se encuentra en el extremo opuesto y que todavía le quedan 15 minutos para alcanzarla. Por breves momentos y de forma intermitente, va rondando por su cabeza la posibilidad de llegar tarde al embarque y perder el vuelo. El viajero llega cuando casi se estaba terminando el embarque.
Otra nueva coincidencia, la chica del asiento de al lado era de Pamplona, iba a Costa Rica desde Suiza donde trabaja para encontrarse con su novio.
El vuelo hace escala en San José de Costa Rica y toca esperar dos horas para tomar otro vuelo a El Salvador. Desmadejado toma un taxi hasta el hotel.
Sábado 25 de Enero
Madruga desayuna y se prepara para darse un paseo por la ciudad. Le llama poderosamente la atención que todas las personas con las que se cruza le saludan, una magnifica señal de cortesía y de acogida. El viajero piensa que el saludo es una forma de hacer presentes a los demás y favorece la convivencia entre las personas. Hoy se ha dirigido al centro histórico de la ciudad. Ha paseado entre la infinidad de puestitos de venta de las calles aledañas a la plaza presidida por la catedral y el palacio presidencial que junto con el modernísimo edificio de la biblioteca nacional conforman el conjunto urbanístico de la plaza de Gerardo Barrios o Plaza Cívica.
Domingo 26 de Enero
Toca visitar el mercado central, después de la agotadora caminata de ayer el viajero contrata un Uber. Como es habitual, a las puertas y alrededores del mercado se concentran multitud de vendedores, las calles colindantes se encuentran atiborradas de vendedores anunciando sus productos: "todo por un dólar". Tres soldados del ejército vigilan los alrededores con sus fusiles reglamentarios y su uniforme de campaña. El viajero se dirige a ellos y les pregunta: - Buenos días es seguro caminar con mi cámara por aquí.
- Por supuesto señor, para eso estamos nosotros garantizando la seguridad.
- Muchas gracias. ¿Me permiten que les haga una foto?
Los soldados se colocan en posición para ser fotografiados.
- Gracias, que tengan un buen servicio.
Se adentra en el edificio para curiosear y dialoga con algunas personas que regentan los puestos. Hoy domingo algunos puestos permanecen cerrados pero se observa una gran animación. Una señora se dirige al viajero indicándole que le acompañe. En una sala están moliendo maíz con una máquinas. La masa la llevan a los puestos de comida.
- ¿Qué son las pupusas? interroga el viajero.
- Son unas tortas hechas con esta masa a la que le añaden frijoles molidos y chicharro molido. ¡Venga conmigo y le muestro!
En uno de los puestos de comida le sirven una pupusa acompañada de berza.
La prueba y le resulta muy apetitosa. La acompaña con una cerveza. Le sorprende el precio 1,95$. Agradece la atención y se va.
Gran cantidad de puestos asan las tortas bien amasadas y la gente espera a ser servida.
Saca algunas fotos y sale del recinto circulando por las calles atestadas de gentes haciendo sus compras.
Termina en el centro histórico, come una pizza y toma un Uber que le traslada al hotel.
Alquila un vehículo para dos semanas y sale a dar una vuelta para hacerse con él.
De vuelta hace una reserva por tres días en un hotel de Santa Ana.
Lunes 27 de Enero
Al viajero se le ha antojado pasar la mañana en un lugar de playa. Se pone en marcha hacia La Libertad. Ha sufrido unos enormes atascos y apenas ha disfrutado de la visita después de varias horas de viaje para recorrer apenas 70Km ha tardado tres horas. Un montón kilometros con obras y constantes desviaciones. Una prueba de paciencia. Ha llegado con dificultad a la Playa del Obispo pero no le ha convencido y después se ha dirigido hacia la Playa del Tunco, un complejo turístico de playa lleno de gringos practicando surf, muy bien urbanizado y subido de precio; allí ha comido, y aburrido del viaje y en previsión de nuevos atascos, ha vuelto a Santa Ana.
Hoy no hay presentación
Martes 28 de Enero
Santa Ana es una de las principales ciudades de El Salvador. Hoy el viajero ha pasado el día en esta ciudad y se ha desplazado hacia el lago
Coatepeque que cubre el cráter de un antiguo volcán. En uno de los restaurantes de la carretera ha parado a almorzar y se encuentra con la sorpresa de un señor que, cargado con su guitarra entra en el comedor.
El tipo maneja el instrumento con gran maestría y acompaña al viajero que se atreve a interpretar algunos conocidos boleros. El guitarrista tiene 84 años, dice no tener pensión y se dedica a entrar en los restaurantes para sacarse unos dólares.
Luego desciende por una pista estrecha hasta el lago y se toma un café mientras admira la belleza del lugar.
Se da un paseo y regresa a Santa Ana.
Miércoles 29 de Enero
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volcán Santa Ana
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El viajero ha decidido visitar el parque de Cerro Verde tiene el deseo de comprobar si será capaz de caminar por esa zona montañosa. Se dice a sí mismo que, al menos debe intentarlo.
Se dirige al parque que se encuentra a menos de una hora en carro, siguiendo las indicaciones de su navegador. La señal del GPS es inestable y se pierde por algunos instantes. En un momento de pérdida y recuperación le indica que tome una pista muy estrecha. Le extraña, pero continúa. Teme toparse con algún vehículo enfrente y circula con extremada prudencia el ascenso se le hace eterno. Encuentra a unas personas en un lugar, donde puede maniobrar para regresar a la carretera, y pregunta a una de ellas:
- Buenos días. Disculpe voy bien por aquí para llegar a Cerro Verde. El navegador me ha traído por aquí.
- No señor. Esto es una finca particular. A veces el navegador pierde la señal y le ha traído esta dirección. Debe regresar de nuevo a la carretera. Puede dar la vuelta aquí.
- Muchas gracias y disculpe las molestias. Muy amable. Que pase un buen día.
Por fortuna de regreso a la carretera solo se topa con una pic-ap que amablemente maniobra para cederle el paso.
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Lago Coatepeque
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A muy pocos kilómetros adelante llega al parque, aparca el carro y le invitan a hacer un paseo guiado.Se une al grupo son también extranjeros. No hablan español.
- ¿El paseo es duro? - pregunta el viajero
- No, señor es bien sencillo, para familias.
Inician la marcha y, nada más iniciarla, una buena pendiente se abre a sus ojos. Una señora mucho mayor que el con pasitos cortos camina lentamente sin pararse. El viajero tiene que hacer algunas paradas para recuperar el resuello, el guía para junto al grupo principal para esperar a los rezagados. Da unas explicaciones y reanudan la marcha. A continuación hay una pendiente que le permiten al viajero recuperar su respiración. Una nueva parada para admirar el volcán Santa Ana. En el cruce el guía indica que son seis horas de caminata. Terminada la cuesta descendente comienzan una nueva ascensión que les lleva al lugar de partida. Prueba superada.
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Playa Acajutla
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Se permite un refrigerio en el bistro y, de regreso, decide de repente marchar a la playa de Acajutla, que no parece estar demasiado alejada de donde se encuentra. Allí se toma un baño y recuperado regresa de nuevo a Santa Ana. Día completo.
Jueves 30 de Enero
Le habían aconsejado al viajero que no dejara de visitar Suchitoto, una población que mantiene la esencia de las casas coloniales y sus calles empedradas.
Así que se encamina a visitarla. Desde Santa Ana hay unos 75km pero la carretera está en muy mal estado y apenas consigue alcanzar en algunos puntos los cuarenta km/h. A cada paso se encuentra con limitaciones de 25km/h y unos "túmulos" o guardias dormidos que hay que atravesar casi parados. Algunos de ellos sin señalizar, para sorpresa del conductor. A ello hay que añadir enormes socavones en algunos tramos. Aproximadamente tarda dos horas en llegar a Suchitoto. Apenas una hora de visita para regresar de nuevo a Santa Ana. No quiere que se le eche la noche encima.
Viernes 31 de Enero
El viajero se encamina hacia el
Trifinio un proyecto etnocultural de colaboración entre los países limítrofes
de El Salvador, Guatemala y Honduras, que se encuentra enclavado en la zona
fronteriza entre los tres países. Se trata de una reserva natural en una zona
montañosa de indudable valor ecológico. Para llegar allí salió de Santa Ana en
dirección a la población de Metapán.
Ayer reservo un hostal de
montaña: El Limo y acordó con María Elvira la gerente en que tendría que ser
transportado en un todoterreno, ya que el vehículo que el viajero tiene
alquilado probablemente no podría llegar hasta el establecimiento.
Desde Mepatán, a escasos
kilómetros se encuentra la pista que lleva a El Limo, el viajero previamente se
encamina a lugar para comprobar la posibilidad de circular con su coche. Se
introduce en la pista y evalúa la conveniencia de acometer la tarea. Vuelve a
la carreta, al lado unos albañiles están construyendo una tapia con bloques de
hormigón. Para al lado.
-
Buenos días veo que esta es la pista que lleva a
El limo. Me pregunto si es posible circular con mi carro por ella sin dañarlo.
- Buenos días señor, nosotros solo hemos visto
entrar vagonetas y todoterrenos. Veo que su carro es muy bajito y el sitio está
malo, no se lo recomiendo.
- Muchas gracias, muy amables – se despide el
viajero.
Retorna a Metapán y consigue estacionar en la misma plaza
principal dispara algunas fotos para identificar el lugar y para en la
cafetería I love Cofee; mientras toma su café, mantiene una larga y amena charla con sus
camareros Brian y Henri. Suena el celular mira en la pantalla: Hostal El Limo:
- Buenos días
- Buenos días Luis. Nosotros tenemos pensado ir al
hostal sobre las cuatro. ¿Le viene bien? Le podemos llevar.
- De acuerdo daré un paseo y tomaré un almuerzo
nos vemos. Muchas gracias.
Termina almorzar y, mientras pasea
por la plaza, una nueva llamada le indica que han anticipado la salida y que no
deje de visitar el museo Trifinio, que se encuentra al lado de la catedral.
Llega al museo y una encantadora señorita le recibe y le explica el objeto del
museo dentro del proyecto Trifinio. En las paredes se encuentran colgadas obras
de pintores locales. Rellena el libro de visitas y recibe una nueva llamada.
- Luis ¿Dónde se encuentra?
- Estoy en el museo Trifinio con Laura.
- Hágame el favor de pasémela

Laura acompaña al viajero a la
casa de María Elvira que se encuentra a media manzana. Se saludan y le propone
parquear al lado de la casa. Le envía al celular la posición. Llega al carro y
coloca el navegador que estaba prefijado como ir a pie y le manda por
direcciones prohibidas. Para. No encuentra el modo de carro. Le vuelven a
llamar, nuevamente le pasa la ubicación. Por fin funciona pero, al llegar al
destino no reconoce el lugar. Para. Llama de nuevo. Indica donde está parado y
María Elvira le viene a buscar. Al fin consigue parquear al lado de la casa.
Conviene en intentar el ascenso por la pista que le llevará al lugar donde
Oscar, el marido de Elvira, tiene un lugar donde parquear el carro. Oscar le
acompaña y un muchacho con una pic-up les precede en la ruta. Maneja con sumo
cuidado siguiendo las indicaciones de Oscar y consiguen llegar al lugar sin
incidentes. Luego de dejar el carro suben el equipaje a la pic-up que le lleva
hasta el Hostal El Limo.
El hostal está ubicado en un alto
con varias construcciones propiedad de la familia Cabrera, gentes muy
entrañables y acogedoras que le hacen sentirse como si fuera un miembro más de
la familia. Le preparan un café y charlan tranquilamente. El tiempo discurre sin
prisa. Cena con la familia y después se retira a la habitación que le han
asignado. La tranquilidad del lugar compensa con creces la falta de cobertura
del celular.
PRESENTACIÓN DEL DÍA
Sábado 1 de Febrero
El viajero se levanta descansado
y con buen humor, desayuna y charla con la familia Cabrera. Manuel, el papá de
Oscar le invita a visitar su gallinero, tiene que alimentar a los animales.
Presume de, que sus gallinas indias dan los mejores huevos. Se entretiene con
sus obligaciones autoimpuestas, y afirma de, que a sus 78 años, se encuentra
con fuerzas – “cachimbón” y bien de salud, su estado se lo atribuye al aire de
la montaña y a su sana alimentación.
Da de comer a las aves del gallinero, los terneros, cabras, y
presume de sus chiles picantes, que el solo él recolecta y conserva en botes.
Su esposa Elena se hace cargo de las labores domésticas.
La familia dispone de una finca
de unas cincuenta hectáreas, en ellas tiene algunos cultivos y cabañas que alquilan a visitantes. Sirven
comidas y tienen una pequeña tienda.
Destaca por su interés el museo que
Oscar ha creado en el que se presentan fósiles y minerales, su enorme afición
le lleva a descubrir, allí por donde camina restos prehistóricos que luego debe
limpiarlos para exponerlos en sus vitrinas. Trabaja en Metapán como ingeniero
mecánico y en su tiempo libre cuida y alimenta su museo, además hace esculturas
y construye cabañas. Elvira se encarga de gestionar el hostal.
La familia Cabrera está compuesta
de Manuel y Elena y tres hijos Oscar, Matilde Elena y Franklin, que vive en España, en Castellón. Su nieto
Roberto, hijo de Matilde acompaña a los abuelos.
Después del almuerzo Oscar le
invita a visitar su museo y a continuación a dar una caminata hacia la cascada:
La Chorrera de Limo.
La jornada ha sido muy
satisfactoria y entrañable.
PRESENTACIÓN DEL DÍA
Domingo 2 de Febrero
Ultimo día de estancia en el
Hostal El Limo. El viajero ha dedicado el día a escribir y a procesar las
fotografías haciendo las presentaciones. Solamente ha dado un ligerísimo paseo
dentro de la finca y ha sacado fotos de las dependencias. Día relajado. Toca
poner en orden el desordenado equipaje. Se siente muy satisfecho de su estancia
en el hostal y seguro que no olvidará fácilmente la excelente acogida de la
familia Cabrera. Mañana toca volver a Metapán y decidir cuál será su próximo
destino.
PRESENTACIÓN DEL DÍA
Lunes 3 de Febrero
El viajero se despide de la familia. Roberto ha contratado una pic-ap para descender por el camino hasta llegar a al carro parqueado. Este tramo solamente es posible transitarlo con vehículos todo terreno. Retiran el vehículo aparcado y Roberto se ofrece a manejar el carro. Le gusta conducir y conoce el camino. La abuela Elena le ha hecho unos encargos que debe adquirir en Metapán. El viajero le acompaña mientras realiza las compras encomendadas. Luego van a la casa de Oscar y Elvira. Oscar le ha preparado una sorpresa al viajero: visitar el Lago de Güija. Un doctor del hospital aficionado a la pesca le ha ofrecido acompañarle a conocer el lago.
Esperan en la casa y, mientras llega Oscar del trabajo, el viajero charla con Elvira largo rato. Conoce a sus dos hijas que han salido del colegio y, cuando llega Oscar, Elvira, Oscar y la hija menor se trasladan hasta el punto donde les espera el doctor.  |
Elvira |
En una embarcación a motor navegan por el lago hasta un punto donde el dueño de la barca presume que hay peces. Amarran la barca y comienzan a pescar. Solo capturan peces pequeños que devuelven al lago ante la incomprensión del patrón. Pronto oscurece y regresan. De camino paran en una plantación de sandías. Les dan a probar una. Excelente. Compran cinco y se retiran al punto de salida. El doctor tiene amistad con el propietario de la barca que no le cobra nada por el paseo. Vuelven a Matacán y consumen unas pupusas mientras charlan entre otras cosas sobre micología. En el Limo, Oscar tiene localizados Cantarelus cibarius (rebozuelos). Tanto él como el doctor han comenzado a aficionarse por la micología.
Se despiden ya entrada la noche y el viajero se retira al hotel para descansar.
MINI PRESENTACIÓN DEL DÍA
Martes 4 de Febrero
El viajero descansa mientras Luis alimenta el blog. Solamente ha salido un rato para almorzar y de nuevo se ha puesto a la tarea en el hotel. Hay buena conexión Wifi y tiene que aprovecharla. Se ha entretenido un momento en fotografiar las esculturas al aire libre de la plaza.
PRESENTACIÓN DEL DÍA
Miércoles 5 de Febrero
El viajero se levanta temprano, prepara el equipaje,
desayuna y sale pronto. Le espera un largo e incómodo viaje, sobre todo por el
estado del firme y la lentitud del tráfico. Se lo toma con calma, no hay prisa
por llegar. Después de cuatro horas y media para en un restaurante de carretera
para almorzar. En cinco horas ya se encuentra en el hotel. Se acomoda y sale a
conocer la ciudad, que se encuentra a cinco km. Hace calor. Visita la plaza principal, hay un trepidar constante de vehículos que la circundan. Al sentarse en uno de los bancos se notaba un ligero temblor. El humo de los buses se percibía con claridad. Unas pocas fotos y al hotel a darse un baño en la piscina.
PRESENTACIÓN DEL DÍA
Jueves 6 de Febrero
El viajero se levanta descansado y disfruta de un copioso
desayuno. Consulta el mapa y decide visitar La Unión, como es su habitual forma
de viajar, marcha sin ninguna información previa, prefiere sorprenderse. Después de más de una hora de manejo de carro toma la carretera de Las Playitas y se adentra en una pista que le lleva a Pueblo Viejo en donde encuentra una playa solitaria. Un señor tiene una parcela a pie de playa, dice llamarse Ruiz y conversan un buen rato. No le permite fotografiarle. Saca unas fotos de la playa e intenta darse un baño pero hay una gran cantidad de piedras y no puede caminar dentro del agua. Desiste del intento y vuelve a la carretera a los pocos kilómetros encuentra la playa Las Playitas.
En el borde de la playa hay unos cuantos restaurantes y una zona sombreada con hamacas. Toma un rico almuerzo con langosta, bastante económico. Se baña y vuelve a San Miguel.
PRESENTACIÓN DEL DÍA
Viernes 7 de Febrero
Otro día de playa. Esta vez el viajero se dirige a la playa de Las Tunas. Una inmensa playa se presenta a sus ojos, las olas con sus burbujas acarician el suelo arenoso abrillantándolo, el sol calienta sin piedad e ilumina intensamente el lugar. Unas construciones de techo de paja albergan todo tipo de tiendas y restaurantes, invitando a los visitantes a adquirir recuerdos y disfrutar de los pescados y mariscos que ofrecen.
El viajero se ha dado un baño con prudencia, notaba la resaca y las corrientes y no se atrevía a adentrarse en las aguas agitadas y tibias.Después de almorzar una sabrosa langosta, se retira de nuevo a San Miguel. Al entrar en la ciudad, el navegador empieza a darle problemas y tiene que solicitar ayuda para llegar al hotel. En una rotonda pendiente del tráfico y mirando la pantalla, al parecer, comete alguna infracción porque al salir de la rotonda un policía le hace una foto con su celular.
PRESENTACIÓN DEL DÍA
Sábado 8 de Febrero
Vuelve a San Salvador, sale temprano pero se encuentra parado en la ruta más de veinte minutos, por un accidente. Mucho tráfico y difícilmente se puede circular a más de 40km/h. Se encuentra cansado del viaje y se refugia en el hotel.
HOY NO HAY FOTOS
Domingo 9 de Febrero
Otro día más. Hoy se dirige el viajero a La Palma situada en el norte cerca de la frontera con honduras, están celebrando las fiestas patronales de la Dulce Nombre de María. Ha reservado un hostal por tres noches, en el centro de la población. Llega al hostal se acomoda y marcha a la plaza o parque principal. Han habilitado un escenario gigante en la cancha, y han colocado sillas para disfrutar de los espectáculos programados para los nueve días que dura la fiesta.
En los alrededores están montados toda una serie de atracciones: tiovivos, noria, etc. Además de gran cantidad de puestitos de comida y de venta de artesanía (La Palma es reconocida por sus artesanos)
Junto a la Plaza se encuentra la iglesia Dulce Nombre de María, de gran relevancia histórica, fue el lugar donde se produjeron varias reuniones que dieron facilitaron un acercamiento que posteriormente contribuyó al acuerdo de paz, por el que se puso fin a la guerra civil:
El viajero entra en la iglesia y se queda a participar en la celebración eucarística, se queda admirado por la enorme afluencia de feligreses. Lleno absoluto. Una larga ceremonia de casi dos horas de duración con la correspondiente plática y participación de una orquesta de jóvenes. Es la fiesta mayor. Luego un refrigerio y a la plaza para ver el espectáculo.
Lunes 10 de Febrero
Nuevo destino: Lago Suchitlan. El viajero consulta el google maps e inicia el camino hacia La Puntona, El Paraiso. Una de las orillas del lago artificial alimentado por el río Lempa.
Llega su destino, casi dos horas de viaje. Ha merecido la pena. Después de la visita regresa y hace una parada en Tejutla, donde repara fuerzas.
Martes 11 de Febrero
Vuelta al lago Suchitlan. El viajero tiene predisposición por las aguas y vuelve de nuevo al lago en otro punto. Se enoja al ver que las haciendas cierran los accesos al lago y está a punto de regresar cuando se encuentra con dos personas en el camino de vuelta. - Buenos días señores. ¿No se puede acceder al lago? Veo que está todo vallado.
- Buenos días.- Sí señor la segunda puerta está sin cadena. Puede pasar, pero ciérrela de nuevo para que no salgan los animales.
- Muchas gracias, que pasen buen día, muy amables.
- A la orden
Los pescadores lanzan las redes y las extienden varios metros, luego golpean el agua con sus varas para espantarlos y, en su huida, quedan atrapados entre las mallas.
Tras contemplar esa bella estampa de vuelta a La Palma se deja llevar por la intuición y visita Aguas Calientes. Allí almuerza.
Otro hermoso día completamente improvisado, como es norma de nuestro viajero.
Miércoles 12 de Febrero
El viajero sale de la Palma en dirección a Santa Ana. Parada de tránsito para, al día siguiente, encaminarse a las Aguas Termales Santa Teresa. Le han aconsejado este lugar, ideal para relajarse en sus aguas termales y en el "spa". Se pasa el día en el hotel poniendo en orden el blog, aprovechando su buena conexión wifi. Nada nuevo que contar.
HOY NO HAN PRESENTACIÓN
Jueves 13 y Viernes 14 de Febrero
Jueves 13
Se levanta temprano. El hotel está adornado de corazoncitos. Ayer los muchachos de la recepción estuvieron recortando cartulinas y colocando los adornos para el día 14 San Valentín: "el día del amor y la amistad". Si mal no recuerda el pasado año en Panamá también tenía este sobrenombre.
El viajero se dirige a visitar las aguas termales. El navegador del google maps le indica que hay 45Km y que tardará 1h 30m. Es lo que hay. Llega pronto al lugar y tiene que esperar poder hacer el registro de entrada (check-in).
Mientras tanto aprovecha para darse un relajante baño en las cálidas aguas termales.
Amablemente le adelantan el ingreso y le acompañan a la cabaña. Al entrar, observa una especie de hoja que se mueve dentro del baño:
- ¿Qué es eso? Pregunta.
- ¡Ah! es un alacrán - responde el muchacho mientras lo aplasta con sus tenis-
- ¡Vaya como en las películas del oeste!
- No señor, eso son escorpiones, mucho más grandes. Los alacranes son más chicos, pero si te clavan el aguijón duele mucho e incluso produce calenturas.
No le da mayor importancia. Toma nota y evita caminar descalzo.
Por la tarde, tras el almuerzo, toma una siesta reparadora, después visitará el spa.
Se baña en las pozas de agua caliente y se dirige a la zona de barros. Primero trata de tomar un baño. La encargada le propone que sean cinco minutos. Nada más entrar sale espantado, literalmente escaldado. No tarda ni 15 segundos. Se embadurna: primero con un barro de arcilla blanca para la cara (caolín), después barro gris (montmorillonita) para el cuerpo. Los baños de barro se utilizan desde la antigüedad y se le atribuyen propiedades curativas. El viajero es escéptico al respecto, pero se dice a sí mismo que por probar no pasa nada.
Viernes 14
Relajado y descansado, el viajero se levanta tarde para lo que habitualmente acostumbra. Sale hacia Ahuachapán, está cerca. Para, como es su habitual costumbre, en la plaza parque y da un paseo. Están preparando la fiesta, toma algo y se dirige a Ataco, población cercana donde tiene reservado un hotelito por una noche. Se aloja. Tiempo tormentoso, llueve intensamente, decide esperar a que amaine, pero el aguacero no cesa, así que se queda en el cuarto haciendo preparativos para el siguiente día. Tiene que reservar otro alojamiento en Ataco, preguntar por el alquiler de cuatrimotos (quad) y hacer una reserva. Se acuesta pronto.
Sábado 15 de Febrero
Continúa en Ataco y decide dar un paseo por la zona. Se desplaza a Apaneca para hacer un recorrido en quad. Es su primera vez, y después de recibir unas breves instrucciones, se lanza siguiendo a un muchacho en moto que guía el camino el destino es la Laguna Verde. Va agarrotado y vigilando el pedregoso suelo. Tiene miedo de salirse de la pista pero supera su primera prueba con éxito.
Llegan a la laguna y dispara alguna foto. Toma un café, mientras espera que otro muchacho le guíe de regreso. Al sortear uno de los muchos obstáculos, se le para el quad. No sabe como ponerlo en marcha. El muchacho, al ver que no le sigue, se dala vuelta y se la pone en marcha. Ya ha aprendido la lección. Dos veces más le vuelve a ocurrir lo mismo, pero consigue arrancar de nuevo.Ha sido una magnifica experiencia. Después de la "miniaventura" se desplaza a Ahuachapán donde toma un almuerzo tradicional y da un paseo. Mas tarde regresa a su nuevo alojamiento de Ataco.
Domingo 16 de Febrero
Al viajero le han recomendado que visite una cascada próxima al lugar y después de asearse, cambiarse de ropa y desayunar se dirige a la Cascada de Don Juan. Parquea el carro y descubre que no ha traído la mochila donde lleva su cámara, la documentación y el dinero, supuestamente se la ha dejado en el hostal. Regresa y, efectivamente se la ha dejado en la habitación: "una garinada" (cosas que con cierta frecuencia les ocurre a los Garín). Vuelve de nuevo. El guarda del parqueo se ríe del despiste. Una pequeña caminata le conduce al lugar, hay gente bañándose en la poza de debajo de la cascada, pero el viajero está perezoso y se limita a observar el lugar y a disparar su cámara.
De regreso para a almorzar en un restaurante que se le antoja muy caro. En el hostal se echa una siestecita y luego decide conocer Ataco. En la plaza parque escucha música y se detiene a disfrutar del espectáculo de música andina. En una esquina de la plaza anuncian un paseo hasta un mirador. Se monta en un remolque tirado por un destartalado todoterreno, se siente inseguro, el tipo les lleva por unas estrechas pistas hasta llegar al mirador, dando botes constantemente. La vista es espectacular, pero lastimosamente hay mucha bruma en el horizonte y no puede percibirse con nitidez el lago verde, que ya había visitado el día anterior. Al finalizar el recorrido, el conductor le informa que, al caer la noche, suben al mirador de la cruz, mucho mas próximo y donde se percibe una buena vista panorámica de Ataco. Se incorpora de nuevo al remolque y allá en la cruz, disfruta de nuevo de la panorámica, desde un lugar más cercano.
Se retira a descansar. Tiene que preparar su próxima etapa.
Lunes 17 de Febrero
Más garinadas y de las gordas:
Como es su habitual costumbre, el viajero sale temprano a su nuevo destino: Santa Tecla. Le esperan en torno a tres horas de viaje estresante. El navegador le advierte que hay retenciones por obras y por unos accidentes. Efectivamente en determinados puntos del trayecto debe circular muy lentamente y con constantes paradas. Mucha circulación que pone a prueba su paciencia. Ya a escasos kilómetros de su destino para en una gasolinera para repostar, tomar un café y relajarse. Lee la prensa y, al rato se va. El navegador le conduce a su destino. Una vez allí busca su mochilita donde guarda la cámara, el pasaporte, el dinero, el permiso de conducir y las tarjetas. - ¡Jo..r! No está donde la dejo habitualmente - se lamenta enojado.
Mira en el maletero. Tampoco.
- ¡Estoy jodido!
Recuerda haberla dejado en una silla, mientras tomaba su café y leía la prensa. Pero no, el nombre ni el lugar exacto donde estaba la gasolinera. Un olvido imperdonable.
- Si alguien se la ha llevado, estoy en un verdadero aprieto. Me quedo sin documentación y sin dinero. Realmente tengo un problema de "co..nes"
Continua con su soliloquio tratando de recordar el lugar, pero se le ha borrado de la mente. Retorna, busca en varias gasolineras, pregunta describiendo el lugar y, en una de ellas, le indican cual puede ser. Lleva más de dos horas buscando sin resultados. Pero se dice a sí mismo que no debe perder la esperanza, aunque si no recupera el pasaporte no le van a permitir hacer el viaje de retorno a España. Aburrido de dar vueltas vuelve unos treinta kilómetros, una hora más, para repetir el recorrido inicial. Trata de controlar su ansiedad y su enfado.
- ¡Ya!, creo que es esta - piensa esperanzado.
- Sí, Sí. Es esta. - confirma.
Entra en la tienda.
- Buenas tardes. Esta mañana, sobre las doce, he estado aquí tomando un café y creo que me dejé una mochilita. ¿La han recogido ustedes?
- Buenas tardes. Pregunte a la encargada.
La encargada le reconoce y entra en el almacén y le entrega su mochila metida en una bolsa.
- Unos muchachos que estaban sentados al lado suyo me la ha entregado.
- ¡Buf! me acaba de salvar la vida. Muchas gracias.
Saca la mochila y comprueba que está todo. Le da a la empleada cinco dólares.
- Gracias de nuevo.
Una nueva lección. Hay que prestar más atención. Afortunadamente estamos rodeados de gente honrada.
Han sido tres horas de tensión, y el viajero se encuentra feliz y contento por el desenlace.
Por fin llega al hostal que ha reservado. Al hacer el ingreso entrega el pasaporte, rellena la ficha de entrada y la firma. La recepcionista no encuentra su reserva para el día de hoy. - Perdone. Usted reservó el alojamiento para el 17 al 19 de abril.
- Pues no hago una a derechas ni adrede. -el viajero le cuenta el suceso de la mochila.
- Y ahora un nuevo despiste.
- No se preocupe, yo se lo arreglo. No trate de cambiar las fechas, al ser una reserva no reembolsable, le cobrarían la anulación y la nueva reserva. Yo se lo hago.
- Ya está señor, con mucho gusto. Ha tenido suerte, tenemos una habitación disponible.
Le parquean el carro y además, al ser el mes del amor y la amistad, le regalan una botella de merlot chileno.
Al final de esta historia de "garinadas", de las buenas, todo ha salido bien. Como ha dicho la recepcionista: Dios vela por usted. Un feliz desenlace.
Martes 18 de Febrero
Tras las "garinadas" del día de ayer, el viajero ha decidido pasarse el día en la playa, en la zona de La Libertad, más concretamente en la playa Majahual, como muchas playas de El Salvador, esta inmensa playa, bañada por las cálidas aguas del Pacífico tiene una fina arena grisácea. Debe bañarse con prudencia pues hay olas constantemente y bastante resaca. A la sombrita ha parqueado el carro y ha degustado una langosta rellena de camarones regada con una cerveza nacional. Todo un lujo.
Miercoles 19 de Febrero
Antes de tomar el camino a San Salvador, el viajero tenía que devolver el carro, ha tomado unas fotos de un colegio de los salesianos que tiene el mismo nombre que su hija menor: Santa Cecilia. Ya en el hotel donde había alquilado su carro, pacta usarlo una semana más y se ha alojado en el mismo hotel de anteriores ocasiones. Hechos los trámites se dirige a la Costa del Sol, se lo han recomendado y no le ha parecido mala opción: Otro día más de playa.
Jueves 20 de Febrero
El viajero, como es su habitual forma de proceder, ha improvisado una visita a Nahuizalco. ¿Por qué? No lo sabe, ni le importa. Ha consultado el mapa y su intuición le ha enviado a esta población y no le ha fallado. Piensa pasar tres días en el lugar, con la esperanza de sorprenderse con lo que encuentre allí y en sus alrededores.
Se acomoda en el hostal, deja sus cosas y comprueba si hay conexión a internet, pero comprueba que la señal es muy débil y se pierde con suma frecuencia.
- Bueno, no tiene importancia. Quizá en el próximo destino, en Suchitoto, pueda actualizar el blog. -se dice a sí mismo.
Sale a dar un paseo por el centro y en las proximidades de la iglesia encuentra a tres personas con unos instrumentos de cuerda: - Hola, buenos días, tengo curiosidad por saber qué son estos instrumentos. - señala una especie de guitarras que únicamente tienen cinco cuerdas.
- Buenos días señor, son vihuelas y este es un guitarrón. Nosotros tocamos en la iglesia y ahora hemos salido del ensayo. - ¿Me permiten una foto?
- ¡Cómo no señor, dele!
La conversación se alarga, interesándose el viajero sobre la forma de afinación y los acordes principales. Le permiten probar. Después de este agradable encuentro visita la iglesia y el mercado. Donde se anima a tomar un almuerzo, en un puestito al que acuden las gentes del lugar.
Después un aguacero le pilla de camino al hostal y se refugia en un café a esperara a que cese la tormenta.
Por fin llega a su lugar de descanso a escribir esta crónica.
Viernes 21 de Febrero
Desde Nahuizalco, el viajero se encamina a visitar la Cascada La Golondrinera, el navegador le indica que hay doce kilómetros escasos. Cuando empieza a descubrir que la carretera se pone complicada para circular con su carro, al cruzar un puente, observa que hay una edificación y en el parqueo un chiringuito donde hacen pupusas, con mesas y sillas. Para a tomar un café y un bizcocho.
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Norma Maribel Pérez |
- Buenos días señora. ¿Voy bien por aquí para llegar a La Golondrinera?- Creo que sí señor, tiene que subir por esa cuesta, pero nunca he estado allí, y no se como indicarle, pero creo que debe contratar un guía que le lleve. Si quiere le comunico con uno, tengo su celular.
En esos momentos aparece por allí un carrito de reparto que le trae un mandado.
- Buenos días señor.- saluda al conductor - ¿Sabe usted si con este carro podré llegar a La Golondrinera?
- Es muy bajito y después de esa cuesta se acaba el asfalto y la pista está maluca. Yo nunca estuve allí pero después creo hay que parquear y hacer una caminata.
Norma, la encargada del puesto de venta, llama al guía que le indica que puede acompañarle con la caminata. Pero el viajero no se decide. Valora las posibles consecuencias y declina la oferta.
Mientras toma el café charla con ella de su familia y de las preocupaciones que le da un hijo de once años con rechazo escolar. Al viajero se le despierta su faceta de orientador escolar y le da unos consejos. La charla es larga y el viajero evita dar información privada al respecto en este blog.
El edificio contiguo es una central hidroeléctrica y el viajero saca unas fotos del río. Después regresa y decide visitar Sonsonate. Hace mucho calor y se refugia en un restaurante chino para almorzar, saca alguna foto y regresa a Nahuizalco.
Sábado 22 de Febrero
El tiempo transcurre inexorable,
el regreso del viajero se avecina
y él se aferra a su rutina.
Toma la ruta que le place
pasea sin rumbo y disfruta
los paisajes y sus gentes
En su memoria lleva
sensaciones y experiencias,
que alimentan su espíritu viajero.
El viaje le estimula,
le atrapa, le sorprende,
le hace sentirse vivo,
le hace sentirse fuerte.
El viajero solitario
Hoy se propone un difícil reto visitar los Chorros de la Calera. No sabe si, por prudencia, por desidia o por sus escasas fuerzas para acometer travesías, el pasado día, desistió de visitar la Cascada La Golondrinera. Hizo una parada por el camino y le dijeron que tenía que ir caminando un buen trecho acompañado de un guía, porque el camino, no está convenientemente señalizado y no hay señal de internet. Así que se limitó a tomar unas fotos del río Sensunapán, junto a la Central Hidroeléctrica Nauizalco, y se volvió hacia Sonsonate.
Pero hoy está decidido a intentar llegar hasta Los Chorros de La Calera.
Inicia su ruta con la guía del navegador de Google y en Juayua toma una pista un poco complicada hasta llegar a un parqueo. Allí le indican que para llegar al lugar es preciso ir acompañado de guía, porque el camino que marca el navegador está cerrado y no se puede pasar porque es privado. Le aconsejan que espere para incorporarse aun grupo, porque si no el paseo le sale caro: veinte dólares. |
José: mi guía |
- Pero, ¿es duro el camino? - se interesa el viajero.
- No señor, si observamos que usted se cansa vamos despacio y tomamos descansos.
Al rato un muchacho llamado José se ofrece a llevarle por la mitad.
- De acuerdo. Pero tenga en cuenta que estoy bastante limitado y me fatigo mucho en las cuestas y necesito pararme para recuperar mi respiración.
- No se iremos despacito y pararemos las veces que sean necesarias.
- Bueno pues, vamos a intentarlo.
El camino se inicia con una cuesta abajo, que le hace dudar al viajero si la podrá soportar a la vuelta. Más adelante una estrecha senda cuesta arriba que hace que el viajero tenga que hacer varias paradas para recuperarse mínimamente. - ¡Uf! no se si voy a conseguir llegar.
- No hay prisa vaya despacito y pare cuando lo necesite.
Poco a poco va apareciendo el resuello y siente que se le aceleran las pulsaciones. Para.Trata de respirar de forma calmada y, cuando siente que los latidos van perdiendo intensidad golpeando con menos fuerza sus sienes, reinicia la marcha. El muchacho, con suma paciencia, le espera. Varios grupos de jóvenes les adelantan con sus guías.
Terminadas las, para el viajero, interminables cuestas, se inicia una bajada entre rocas, que el viajero sortea con dificultad agarrándose a ramas y arbustos. Ciertamente está asustado y teme perder el equilibrio y caer por el barranco. En ese momento cede el paso a otro grupo de jóvenes que bajan sin miedo ni precaución dando saltos entre las rocas. Llegan al primero de los chorros, el suelo está mojado y, muy prudentemente evita un resbalón, lo que supondría una fatal caída por el precipicio. Posteriormente visitan los tres restantes. El viajero hace unas fotos. Los muchachos trepan por las rocas cubiertas de musco descalzos y en bañador y a bastante altura se lanzan a la pozada. El viajero maltrecho y fatigado se limita a observarlos y descansa, hasta que el guía le indica que el tiempo es limitado y que deben regresar. Toca ascender por las rocas alcanzar la senda con infinidad de altos escalones y resistir nuevamente la falta de aire, la aceleración de los latidos y el dolor que comienza a sentir en sus caderas y en los músculos de las piernas.
- Estoy viejo y decrépito.- se lamenta para sus adentros.
Se admira de la paciencia del muchacho. Múltiples paradas hasta conseguir llegar al parqueo. Una vez allí salda sus cuentas, se toma una botella de agua de un trago y le informan que ha tardado casi tres horas cuando lo habitual es hacer el trayecto en menos de hora y media.
- Pero, increíblemente he llegado - piensa orgulloso el viajero.
Domigo 23 y lunes 24 de Febrero
De Nahuizalco, de nuevo a Suchitoto. El viajero ya lo había visitado con anterioridad pero se dejó cosas que ver y ha pensado repetir la visita ha reservado un hotelito con unas fantásticas vistas al Lago Suchitlán o Embalse del Cerrón Grande. El domingo, nada más llegar y alojarse, se desplaza al puerto del embalse. Allí pasa un buen rato disfrutando del paisaje. Hay muchos visitantes.  |
La sombra del viajero solitario |
Almuerza en un restaurante junto a la orilla un pescado: "boca colorada". Un pez de mar, del que le habían hablado. Después se acerca a la orilla observando como unos pescadores a escasos metros de el puerto, metidos en cámaras de camiones, a modo de flotadores con artesanales cañas de pescar capturan, seguramente tilapias.
Se da un paseo por la orilla, hace demasiado calor y envuelto en sudor y cansado regresa al hotel. Se encuentra cansado del viaje. Más de dos horas y media para recorrer 114km, muy atento a los sorpresivos baches y a los traicioneros túmulos, algunos de ellos sin señalizar. Lo que hace que el viajero, que no está acostumbrado a estas circunstancias, tenga que mantener una gran atención y prudencia que le termina produciendo fatiga.En el hotelito, disfruta de las vistas del lago acomodado en la hamaca. También dedica un buen rato para completar el blog, aprovechando la buena señal de wifi.
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Douglas y Sara de la Mediateca |
El lunes lo dedica a pasear de nuevo el centro histórico y a visitar el Centro de Arte de la Paz. El viajero ha disfrutado sobremanera de su museo y se ha emocionado al ver algunos videos que le han presentado sobre testimonios de la guerra civil del El salvador. Suchitoto fue una de las poblaciones que más sufrió durante el conflicto y sus habitantes se vieron avocados a huir y abandonar sus casas y propiedades.
Martes 25 y miércoles 26 de febrero
El martes, el viajero recoge el equipaje después de asearse y desayunar revisa la habitación para controlar que no se ha dejado nada. Tiene por delante dos horas de viaje para llegar al hotel de San Salvador. Debe entregar el carro, le van a dar otro. Se aloja en el hotel, deja su equipaje hace el cambio de carro y ...
- ¡Oh, no! ¡Esto es el colmo! Otra nueva "garinada"
me he dejado el chaleco, donde guardo los objetivos de la cámara, en Suchitoto. - se lamenta lanzándose improperios.
Busca el teléfono del hotel. No tiene respuesta a sus insistentes llamadas. Se ve obligado a regresar a Suchitoto con su nuevo carro. Nada más llegar al hotel le reciben con su chaleco y se lo entregan. Se va al puerto, hoy está casi vacío, y almuerza. Regresa de nuevo a San Salvador. La entrada a la ciudad es una tortura, retenciones constantes y, encima, el navegador le propone tomar direcciones prohibidas y vuelta a recalcular la ruta y otra vez prohibido. Más de una hora encontrando la ruta permitida, dando vueltas y más vueltas, en medio del caos circulatorio. A la enésima vez consigue acceder a la dirección correcta. Ya es de noche. Todo el día conduciendo por culpa de su mala cabeza.
Agotado se acuesta.
El miércoles, el viajero despistado decide, como última etapa de su viaje conocer el lago Llopango, a cincuenta kilómetros de San Salvador. Como ya es habitual el tráfico es excesivamente lento y salpicado de retenciones.
El lugar elegido es el Parque Recreativo Apulo, a la orilla del lago. Gran cantidad de restaurantes hacen sus ofertas gastronómicas. El viajero pasea por la orilla, observa a una persona con un trasmallo, gafas de buceo y arpón y charla con el. - Buenos días. ¿Mucha pesca?
- Sí, hay bastante tilapia en esta zona porque algunas se escapan del vivero.
El viajero continúa su paseo hasta los viveros. Toma un café y decide regresar, con la preocupación de que empeore la situación del tráfico.
Sus temores se confirman, más de dos horas para recorrer cincuenta kilómetros. Por la tarde se dedica a descansar.
Jueves 27 de Febrero
Regreso a España.
Toca recoger todo el equipaje y guardarlo en depósito en el hotel. Revisa insistentemente todas sus pertenencias en previsión de no volver a repetir las "garinadas" a las que ya nos tiene acostumbrado el viajero con sus reiterados despistes. Hace el check in on line en Iberia y marcha al centro histórico a despedirse de la ciudad. Almuerza y agotado por el calor que aprieta a medio día decide volver al hotel. Omar, el muchacho que le ha alquilado los carros, se ha comprometido a llevarle al aeropuerto gratis. Ha quedado con él a las 17h para garantizarse el estar en el aeropuerto tres horas antes, como mandan los cánones. Mientras espera el traslado, el viajero escribe su crónica de despedida en una mesita del hotel:
Este viajero agradece
la generosa acogida
que El Salvador le regala
con sus paisajes, sus gentes
Lo primero que destaca,
es que todos le saludan,
es la rutina diaria,
cortesía que agradece.
Aquí, no se es invisible,
el saludo reconforta,
sientes que tú estás presente
y que importas a la gente.
Los paisajes imponentes:
volcanes en muchos lugares,
lagos que cubren con agua
cráteres apagados.
Playas interminables
de fina arena teñidas,
bañadas por el Pacífico
que acaricia con sus olas
la costa salvadoreña.
Una entrañable experiencia
que el viajero agradecido,
no olvidará fácilmente,
pues se ha sentido querido.
Ahora toca el reencuentro
con su familia y amigos.
Volver a sus viejas tareas
la huerta que está abandonada
los paseos con Canuto
su perro, que está esperando
y disfrutar de sus nietos:
Sofía la nieta mayor,
Hugo e Izan los pequeños.
Y si Dios se lo permite
y mantiene su salud
el próximo año, otro viaje
otra aventura por tierras
de este hermoso continente.
El viajero solitario
Querido lector, te presento un corto que me ha emocionado. En él se expone la lucha de cuatro mujeres por superar el desastre que supuso la guerra civil en El Salvador. Ha sido realizado por una institución residenciada en Suchitoto, una de las regiones que más sufrió los desastres de la guerra con evacuaciones masivas de sus habitantes.
El Centro de Arte para la Paz, es una institución que trata de recuperar la memoria histórica y organiza todo tipo de actividades artísticas.
Garcillas o De la Vega bienvenido a casa de vuelta
ResponderEliminarbien hallado
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